sábado, 24 de agosto de 2019

Limpiador de tuberías

Limpiador de tuberías
La limpieza de tuberías de forma habitual evita la proliferación de cucarachas, sirve para eliminar malos olores, acaba con gérmenes nocivos para la salud, y muy importante y fundamental, previene la aparición de posibles obstrucciones y las complicaciones derivadas de que se encuentren sin limpieza.
Con la simple utilización cotidiana la red de tuberías comienza a acumular restos de cal, residuos de alimentos y otras sustancias, que impiden el paso de caudal para el que están previstas, produciendo olores desagradables por estancamiento, y finalmente el consabido atranco, por lo que la limpieza de tuberías resulta fundamental para su mantenimiento.
Dentro de los servicios de limpieza de edificios, redes públicas, limpieza industrial, o en el ámbito de la limpieza doméstica, un capítulo al que habitualmente no se le da toda la importancia debida, y en el que especialmente insisten las empresas de limpieza profesional, es la limpieza de tuberías, y redes de saneamiento, ya que de ellas depende el buen funcionamiento de la canalización de aguas sucias.

CONSEJOS PARA LIMPIAR Y MANTENER EN BUEN ESTADO LAS TUBERÍAS

  • Antes que nada, si piensas hacer reforma en casa, asegúrate de pedir al fontanero que toda la parte vista de los tubos sea desmontable y de fácil acceso, eso te ayudará a recuperar con facilidad posibles sustancias u objetos que las puedan obstruir accidentalmente, y por supuesto te facilitará la limpieza de tuberías, al menos en una parte, evitando que queden sin limpieza.
  • Utiliza protecciones en todas las entradas de las tuberías tanto en el fregadero de la cocina, cómo en los sanitarios del baño: bidé, ducha y lavabo.
Las protecciones permiten el paso del agua, pero no de residuos sólidos que pueden acabar generando un buen atranco, evitarás tener que limpiar tuberías más constantemente.

Pasos y costumbres para mejorar la limpieza de tuberías

1. Fregar y limpiar bien antes de verter

Para no tener que limpiar tuberías con tanta frecuencia, antes de fregar sartenes y pucheros con restos de grasa, aceite, harina o pan rallado, debemos retirar toda la sustancia sobrante que podamos, bien vertiendo por el inodoro cuya entrada está más preparada para recibir residuos, bien en un frasco con tapa que luego puedes tirar a la basura, en el caso de grasa y aceite.
Posteriormente retira todos los restos que puedas con papel que eliminarás en la basura.
Y por último friega con agua caliente.

2. Mantenimiento y limpieza de tuberías con amoniaco

En invierno, y dado que el frío hará que los inevitables restos de aceite que se vierten al fregar platos y cubiertos, se solidifiquen con más facilidad al enfriarse en las tuberías, es recomendable hacer un mantenimiento que consiste en limpiar tuberías con amoníaco líquido, vertiendo un litro y dejando actuar toda la noche. Por la mañana, calentar agua en una olla y echar poco a poco por la boca del fregadero.
Se trata de un remedio muy económico que realizado dos o cuatro veces al mes mantendrá en buen estado la limpieza de tuberías.
El amoníaco es tóxico, por lo tanto deberás procurar mantener la respiración mientras lo viertes, o usar una mascarilla.
Cuando uses amoníaco, no lo mezcles con ningún otro producto químico, porque puede ser peligroso.
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